jueves, 8 de octubre de 2009

Detergentes de lavadora

Los convencionales mejoran, pero son preferibles las opciones ecológicas.
Ni los detergentes para lavadoras cuyos fabricantes se gastan más dinero en publicidad consiguen deshacer todas las manchas. En cuanto al impacto ecológico, lo han reducido pero todavía no se pueden dar por satisfechos.
La era moderna del detergente comenzó hace unos 90 años. En 1933 se desarrollaron los primeros tensioactivos sintéticos, que no dejaron de emplearse cada vez con más frecuencia. Por entonces, casi nadie pensaba en las consecuencias para la naturaleza, pero en la década de 1950 se hizo común la estampa de montañas de espuma flotando como icebergs sobre los ríos. Aquellos detergentes no se degradaban en absoluto. A partir de 1961, los gobiernos de la Europa democrática comenzaron a actuar, exigiendo que los tensioactivos fueran biodegradables en un 80 por ciento.
Además, los detergentes incorporaban fosfatos para ablandar el agua. Estos compuestos provocaban el crecimiento de algas en los ríos, que asfixiaban a los peces. A partir de 1980, se reguló también la presencia de fosfatos, reduciéndose las cantidades permitidas. Diez años más tarde, los fabricantes se comprometieron a no emplear más fosfatos en sus productos y los sustituyeron por otros agentes, como la zeolita, los silicatos y los policarboxilatos. Desde 2004, existe una normativa europea que aumenta la exigencia de biodegradabilidad de los ingredientes tensioactivos. Además, la nueva regulación mejoró la protección de los consumidores: los fabricantes están obligados a declarar los componentes que pueden provocar alergias –a menudo son los perfumes– y a ofrecer el listado completo a través de internet. No obstante, los detergentes convencionales no son aún completamente seguros para el entorno y la salud.
Las alternativas más eco
Los que exhiben la flor –la etiqueta ecológica oficial de la Unión Europea– poseen alguna ventaja sobre la competencia. Emplean, por ejemplo, menos sustancias que puedan resultar tóxicas para los organismos acuáticos. Tampoco recurren al sulfanato de alquil benceno lineal (LAS), una sustancia que no se degrada totalmente y que todavía se emplea en concentraciones importantes en los detergentes sin etiqueta ecológica. La española Incasa (Industrias Catalá) es una de las empresas que pueden exhibir la flor europea en sus detergentes para lavadora con las marcas Uni Vert y Eco Mimidu.
Sin embargo, las empresas que fabrican los detergentes más sostenibles no muestran la flor europea. Los elaboradores más ecológicos, como Ecovert y Almacabio, que llevan muchos años investigando cómo mejorar la degradación biológica y reducir el impacto de los detergentes, creen que los requisitos oficiales son poco exigentes. No desean mostrar un aval que no tiene el máximo nivel. Los detergentes más ecológicos, además de degradarse, evitan cualquier efecto tóxico en medios acuáticos, buscan la máxima seguridad para la salud y renuncian a las materias primas derivadas de la industria del petróleo.

FUENTE:
http://www.larevistaintegral.com/2953/detergentes-de-lavadora.html
Por Manuel Núñez y Claudina Navarro

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